Mala gente.


No hay nadie que esté a favor del aborto: estamos a favor de su legalización y regulación porque así se evitan sufrimientos mayores. Además, por mucho que se potencien los anticonceptivos para no tener que llegar a esos extremos, siempre habrá embarazos catastróficos, problemas de salud y violaciones. El aborto es una maldita y triste necesidad.

Y también es un tema que evidencia la ruindad de las personas. Ese arzobispo brasileño que se opuso ferozmente a que abortara una niña de nueve años, violada por su padrastro y embarazada de gemelos, es a no dudar muy mala gente: carece por completo de compasión, la virtud esencial del ser humano. Los obispos del lince, que usan la imagen de un bebé crecido cuando lo que está en cuestión es un grumo de células, manipulan demasiado para ser buenos tipos (por cierto que, según santo Tomás y san Agustín, el feto masculino no recibía el alma hasta los 40 días y el femenino hasta los 90). Mostrar vídeos de fetos descuartizados a alumnos adolescentes, como ha pasado en Logroño, es propio de seres morbosos y malos. Y, ya que estamos, digamos que también hace falta ser muy duro de corazón para condenar el condón en África. Pero el problema no es la religión: el mundo está lleno de cristianos maravillosos y compasivos. Estos tipos no son así porque sean católicos, sino simplemente porque son mala gente.

Vía Rosa Montero.

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En China sigue siendo tabú social ser lesbiana.

Una pareja de lesbianas se besan en Pekín tras haberse casado.


Una luce su melena oscura, suelta sobre los hombros, otra lleva el pelo corto, a lo chico. Una lleva un top ajustado y unos bonitos ojos rasgados, que brillan en la oscuridad gracias a las sombras de maquillaje; la otra lleva un pendiente en la oreja y una camiseta de algodón negra que disimula las suaves curvas de una mujer china.

Mientras la música pop suena a todo volumen, se dan un beso profundo en la boca y brindan después con dos botellas de Tsingtao, la cerveza más famosa de China. Son Pat y Lydia, nombres ingleses de esta pareja de homosexuales pekinesas veinteañeras que el sábado pasado se divertían en el Feng Bar, el principal punto de encuentro en la capital china para las lesbianas, a quienes llaman lalas.

"En Pekín hay bastantes bares para gays, pero las lesbianas apenas tenemos sitios para reunirnos", dice Lydia, de 27 años, editora en una revista de moda. Su inglés fluido y su elevado nivel de estudios delatan que proviene de una familia acomodada de Pekín, como muchas de las chicas que se divierten a su alrededor.

Frente a la entrada del Feng Bar hay aparcados BMW, Audis, Minis y modernos 4X4 japoneses, modelos de coche habituales en la zona del Estadio de los Trabajadores, junto a la zona diplomática, donde se concentran las discotecas y bares de la juventud pija de Pekín.


Identidad clandestina.

"Mis padres no saben que soy lesbiana, no puedo decírselo", dice Lydia. "Ella tampoco", añade, mirando a Pat, su pareja desde hace dos semanas, mientras habla con un grupo de amigos heterosexuales que ha venido con ellas. Ser lesbiana sigue siendo un enorme tabú social en China, un país de sociedad conservadora y con un Gobierno que promueve la buena moral, basada en la familia y el matrimonio.

Aunque la homosexualidad dejó de ser considerada una enfermedad mental en China en 2001, sigue siendo "un símbolo contrario a la moral tradicional", dice Xu Bin, una ingeniera pekinesa de 36 años y fundadora de una de las primeras asociaciones de lesbianas de China: Tongyu, que significa "lenguaje común".

No existen cifras oficiales sobre homosexualidad en China, pero el Ministerio de Sanidad estima que hay entre 5 y 10 millones de gays y entre 2 y 4 millones de lesbianas. La cifra puede ser hasta tres veces mayor, ya que la mayoría de los homosexuales no lo reconoce públicamente.

"Era urgente crear una red de apoyo para que las lesbianas pudieran compartir sus experiencias y se reconocieran como parte de la sociedad", dice Xu, recordando el momento en el que fundó Tongyu en 2004. Por aquel entonces China tenía alrededor de 50 organizaciones gays, la mayoría destinadas a la prevención del sida, pero ninguna para lalas.

Los padres de Xu lo aceptan.

Xu acababa de graduarse en Estados Unidos, donde tuvo su primer contacto con el activismo feminista y homosexual, y decidió poner en marcha Tongyu para fomentar la cooperación entre mujeres homosexuales, preparar campañas informativas y ofrecer ayuda legal o psicológica en China.

Xu no les cuenta nada de su trabajo a sus padres, quienes aceptan que su hija sea lesbiana, pero prefieren vivir de espaldas a ello. Tampoco les ha presentado a su novia, con la que comparte su piso en el norte de Pekín. "No les culpo. Pertenecen a otra generación", añade Xu, jugando con una banderita arco iris colocada en el lapicero de su despacho.

La influencia de los valores tradicionales en la cultura china y la escasa educación sexual en las escuelas públicas explican la poca aceptación social de los homosexuales en su país. Pero, según Xu, "la situación está mejorando gracias a la apertura política y al mayor acceso a la información con Internet".

Bares para homosexuales.

En los últimos ocho años han abierto numerosos bares para homosexuales en Pekín, sobre todo para gays. El más conocido para las lesbianas es el Feng Bar (El Arce), fundado por una cantante homosexual de 28 años, Qiao Qiao.

En 2006, su canción Ai Bu Fen (El amor no discrimina), se convirtió en un éxito en Internet, la única vía para saltarse la censura oficial en un país donde cualquier referencia a la homosexualidad en la producción audiovisual y literaria, a excepción de la académica, está prohibida.

Desprotección legal.

"Los políticos tratan de proteger la buena moral", explica Xu. Sin embargo, esto no justifica que la ley china no proteja los derechos fundamentales de los L.G.B.T (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales). Una de las principales funciones de Tongyu es asesorar a las lesbianas discriminadas en casos de divorcio o despido laboral. "Muchas mujeres son despedidas sólo por ser lesbianas", explica Xu.

En China, los L.G.B.T también tienen dificultades para visitar a su pareja en la UCI del hospital, ya que la ley no reconoce ningún vínculo de parentesco o sentimental entre ellos y tienen prohibido donar sangre. "Esto no es justo para las lesbianas", dice Xu, alegando que sólo los hombres homosexuales son considerados un grupo de alto riesgo de contagio de sida a la hora de donar sangre.

"Cuando una mujer nos llama para contarnos problemas, le explicamos casos similares que han acabado bien, para que no se sientan solas", dice Xu. Tongyu también ofrece asistencia emocional a centenares de lesbianas obligadas a reprimir su homosexualidad por miedo al rechazo social, forzadas a casarse o víctimas de agresión doméstica.

Según un estudio realizado por Tongyu, una tercera parte de las lesbianas de China sufrió algún tipo de violencia por parte de sus maridos en 2007. La cifra se dispara entre las que han sufrido violencia o rechazo por parte de sus progenitores, algo que admite alrededor del 50% de las lesbianas.

"Es muy difícil ser lesbiana en la vida diaria", concluye Lydia, apurando su Tsingtao mientras dos parejas de mujeres bailan en la pista del Feng Bar, compitiendo por ver quién logra explotar más globos entre sus pechos.

Vía Andrea Rodés.

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Poder decidir libremente.



No me seduce mucho la idea de que una menor de edad pueda decidir libremente abortar sin consentimiento de alguien mayor de edad, pero ese consentimiento no tiene por qué ser precisamente el paterno.

¿Qué podría hacer una adolescente de 16 años que no deseara o no le conviniera esa maternidad (a esas edades no le conviene a nadie) y se encontrara con unos padres retrógrados para los cuales sus principios están por encima del bienestar de su hija? ¿No debería tener al menos la posibilidad de recurrir a alguna instancia que le permitiera razonadamente decidir sobre su maternidad?

Para ello es necesario que exista la posibilidad legal de abortar sin permiso paterno.

Para entenderlo mejor voy a darle la vuelta totalmente a la situación: imaginemos una chica de 16 años que se ha quedado embarazada y quiere tener a su hijo, y los padres quieren que aborte. ¿Qué opinión en este caso debería prevalecer, la de la hija o la de los padres.
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Marie-Sonie ha vuelto a sonreirle a la vida.


Hace unos años, Marie-Sonie, la mujer que ríe en esta foto, habría muerto. el sida la debilitó hasta la extenuación. desde que tiene acceso a los fármacos, su vida ha mejorado. es una de los ocho millones de enfermos en los países pobres a los que, poco a poco, va llegando el tratamiento.

Cada mañana, a eso de las seis, un sanitario lleva a Marie-Sonie St.-Louis su medicación antiviral. Vuelve por la tarde. Ella está demasiado débil para acercarse al centro de salud. Desde la casa de su madre, en la meseta central de Haití, hay que caminar una hora hasta llegar a la carretera. El embarrado camino está cruzado por un río que hay que vadear. No se atreve a intentarlo ella sola. Pero ahora, por lo menos, puede hacer pequeñas tareas domésticas. En noviembre de 2007, cuando empezó a tomar los fármacos contra el VIH, estaba tan débil que tenía que dormir en el suelo. No tenía fuerzas ni para subirse a la cama. "Saber que era seropositiva me partió el corazón", dice. "Pensé que estaba perdida, que iba a morir".

Como la mayoría de los afectados de los países pobres (y más de un tercio en los ricos), Marie-Sonie, que tiene 33 años, se enteró a la vez de que tenía el VIH y había desarrollado sida, el conjunto de enfermedades que aparecen cuando el sistema inmunitario está tan debilitado que hongos, bacterias y virus hacen de las suyas en el organismo. Supone que se infectó a través de una ex pareja. "Yo no era el tipo de persona con una vida desenfrenada y sin normas, por eso no entiendo cómo pudo ocurrir", afirma. Pero prefiere dejar de lado ese tema y dedicar sus fuerzas a cuidar de su hijo, Ruebentz, de siete años. "Cuando estaba enferma, hablaba muy despacio y muy bajo. Si quería levantarme, alguien tenía que ayudarme. En realidad era como estar en una prisión", dice. "Ahora soy otra. Puedo sentarme aquí y hablar como una persona normal".

Hace menos de ocho años, Marie-Sonie habría muerto en poco tiempo. Entonces, el porcentaje de personas de los países pobres que tenían acceso a la medicación era prácticamente nulo. El desastre era tan evidente que la ONU, bajo el auspicio del anterior secretario general, Kofi Annan, creó una organización para financiar programas que frenaran el avance del sida y otras dos infecciones devastadoras: el Fondo Mundial para el Sida, la Tuberculosis y la Malaria.

El fondo tiene un objetivo: conseguir que el tratamiento llegue a todas las personas que lo necesitan. De momento está a mitad de camino. De los casi 35 millones de personas infectadas por el VIH que hay en el mundo, se calcula que en los países pobres hay ocho millones que ya necesitan medicación. De ellos, la recibe aproximadamente la mitad, y de éstos, unos dos millones tienen acceso al tratamiento gracias al fondo. El porcentaje todavía es insuficiente, no sólo por el imperativo ético de que todo el que lo necesite reciba medicación, sino porque en los países más castigados los efectos de los tratamientos no se notan hasta que no se llega a una cobertura del 60%, indica Rifat Atun, director de estrategia, resultados y evaluación del fondo.

El papel de Atun es clave en una organización que vive de los donativos. Los medicamentos son demasiado caros para los enfermos e incluso para sus Gobiernos. Y Atun es el encargado de evaluar los programas. Porque las necesidades de dinero son siempre crecientes. En Europa, por ejemplo, un tratamiento de primera línea cuesta alrededor de 8.000 euros anuales por persona. En África, la acción de los organismos internacionales y la presión de la sociedad civil sobre las farmacéuticas ha conseguido que se pueda dar por unos 350.

Pero no todo es cuestión de precio. En sanidad, lo que cuenta es el balance coste-eficacia. Y éste, en el caso de los antivirales, es indudablemente beneficioso. Es la diferencia entre vivir o morir.

Litho Nyanda lo tiene claro. "Todos los días me levanto, preparo a los niños para ir al colegio, los lavo, les doy el desayuno y los acompaño a la escuela. Sueño con volver a la dignidad de mis padres, con conseguirles un sitio mejor, con tener un trabajo estable y con ver que mis hermanos también están bien", afirma en Gugulethu, uno de los suburbios que rodean Ciudad del Cabo. A sus 19 años, Litho estuvo a punto de morir. Con tuberculosis y sida, la tuvieron que llevar en silla de ruedas a la clínica Hannan Crusaid. A la mayor de sus hermanas, Numelca, también le han diagnosticado VIH y tiene tuberculosis. Para su hermana pequeña, Lumka, tiene un consejo claro: "Que utilice condones en cuanto empiece a ser sexualmente activa".

Las historias de estas personas, y de otras muchas, han sido recogidas por fotógrafos de la agencia Magnum, y pueden verse, desde el 27 de marzo, en El Matadero de Madrid. Pero no todas tienen un final feliz. Alexei Smirnov murió a los 26 años, en diciembre de 2007. Llevaba seis semanas tomando medicación. Empezó demasiado tarde. Él creía que se había infectado en 1999, cuando se inyectaba heroína, pero no empezó a sentirse mal hasta 2006. "A nadie le interesaba su vida, su salud o su bienestar", dijo su médico.

Como él, más de dos millones de personas mueren cada año de sida, o, mejor dicho, de diarreas, tuberculosis, neumonías, encefalitis, cánceres extraños o simple debilidad, los efectos visibles de la infección. Es el peaje que hay que pagar por no hacerse la prueba a tiempo, por no tomar precauciones o no tener acceso a ellas (cada año se calcula que se infectan más de tres millones de personas), por no poder pagarse los medicamentos.

A miles de kilómetros de Haití, en un edificio de oficinas de las afueras de Ginebra, el director del fondo, Michel Kazatchine, repite como un mantra tres cifras: "Dos millones de personas en tratamiento con antivirales; 4,5 millones que reciben DOTS (una terapia combinada que cura la tuberculosis); 70 millones de mosquiteras repartidas para evitar la transmisión de la malaria". Es el aval de su organización, los números con los que quiere asegurar el flujo de aportaciones (3.000 millones de dólares sólo en 2008) a pesar de la crisis. En este reparto, España ha adquirido un papel importante. Se ha convertido en el cuarto donante. Para este año ha prometido 200 millones de dólares, sólo por detrás de Estados Unidos (500 millones), Francia (379 millones) y Alemania (254 millones). Pero si no hay nuevos anuncios -y la Conferencia de Donantes que empieza mañana en Cáceres es una buena oportunidad para hacerlos-, este año será el primero en que el fondo tendrá menos recursos (2.500 millones) que el anterior. Kazatchine, sin embargo, insiste en quitarle importancia a lo que califica de funding gap (desajuste en la financiación). Un término que las ONG rebaten y cambian por un simple déficit.

Porque las ONG siguen muy de cerca la reunión de Cáceres. Insisten en que el fondo debe cambiar. El sistema actual, que está basado en aportaciones voluntarias, no les gusta. Creen que las cuotas deberían calcularse en función del PIB de cada país. Pero esto no entra dentro de los planes de la ONU.

Kazatchine no esconde su preocupación porque la crisis afecte a la generosidad de los donantes, pero insiste: "Tenemos resultados que ofrecer". "Para cubrir todos los objetivos sanitarios de la ONU para 2015 bastan 60.000 millones de dólares, y el sistema financiero ha recibido ya dos billones de dólares por la crisis. Pedimos una cantidad muy pequeña", afirma.

La vida de Juan Carlos Huaman depende de que se mantenga el flujo de dinero. Este peruano de apenas 20 años ha iniciado una nueva vida. A los 12 años, sus padres le echaron de casa por homosexual. A los 15 se prostituía. A los 20 le detectaron el VIH. Ha empezado tres veces a tomar tratamiento, pero los efectos secundarios le hicieron abandonar. Hasta ahora. Ha dejado de prostituirse y ha abierto una pequeña peluquería. "No quiero ser quien era antes", dice. "Me veo distinto. Todo ha cambiado. Antes solía pensar que iba a morir. Pero ahora ya no. Fue cuando estaba siguiendo el tratamiento cuando me vino la idea de que iba a vivir".

Ésa es la idea que lucha por hacerse un sitio en la cabeza de la rusa Oksana Nikandrova. En 2001, cuando supo que estaba infectada, pensó en suicidarse. Aún ahora, cuando el efecto de la medicación "ya es visible", se muestra cautelosa. A sus 29 años, trabaja como encargada en una pequeña tienda de alimentación, pero no quiere hacer pública su enfermedad: "Nunca se sabe cómo va a reaccionar la gente. No quiero que en el trabajo se sepa que soy seropositiva". Oksana representa el estigma, la complicación más severa y extendida del sida. Ningún país se libra. Y no se puede tratar con pastillas.

Vía Emilio de Benito.

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¿Sabes una cosa? Me llamo Rubén y estoy embarazado.


Agosto de 2001. Granada. Estefanía Coronado camina por las calles de la ciudad en busca de la madre que la dio en adopción al nacer. Cada mujer de unos 40 años que se cruza podría ser ella. Le tiemblan las piernas, el corazón se le pone a cien. Con el pelo corto, pantalones de chándal y una camiseta de deporte entra en una cafetería y se sienta en la barra. El camarero, un tipo simpático, le suelta: "Chico, ¿qué te pongo?". Esas cuatro palabras marcaron el cambio de vida de Estefanía, una chica de pueblo incómoda con su identidad sexual. A partir de ahí quiso ser un hombre.

Han pasado casi ocho años. Estefanía ahora se llama Rubén Noé, tiene barba, pelo rapado, andares desgarbados. Y está embarazado de nueve semanas, según se desprende del informe médico de una prestigiosa clínica. No es ningún milagro. Rubén ha estado sometido varios años a tratamientos hormonales masculinos, aunque nunca llegó a cambiarse de sexo y mantiene los órganos reproductores femeninos. Para quedarse embarazado se ha sometido a una fertilización con óvulo propio y esperma de un donante.

Rubén, de 25 años, vive con su novia Esperanza Ruiz, de 42, en Berga, un pueblo de Barcelona. La pareja pasea por la localidad cogida de la mano. Miran escaparates de ropa para bebés, mientras echan cuentas para comprar una cuna de 1.200 euros y observan con ilusión a los niños. Y es que esperan gemelos. Apenas llevan un par de meses en Berga, a donde llegaron desde Málaga. Dicen que huyeron por la presión familiar de Esperanza, operada de ligadura de trompas y madre de dos hijos. Ninguno vive con ellos. "Nos han acosado. Ha sido una persecución terrible. No aceptaban que yo antes fuese una chica", cuenta Rubén mientras posa ante la fotógrafa. Esperanza mira embelesada.

El doctor Ballescà, ginecólogo y responsable de la Unidad de Andrología reproductiva del Clínico de Barcelona opina que el hecho de que este embarazo sea "técnicamente realizable no quiere decir que sea éticamente aceptable". "La intervención de cambio de sexo debe ser total, lo que conlleva la extirpación de los ovarios. Puede haber situaciones excepcionales pero esto no debe ser una norma". Ballescá ha trabajado muchos años con transexuales y, a su entender, lo que ha hecho Rubén "no se debe premiar". Y añade: "Es una contradicción. Yo no lo favorecería". La decisión de Rubén también cuenta con el rechazo de parte de su colectivo, el transexual, que también lo ve como una contradicción, y de agentes sociales y religiosos, que coinciden en los aspectos poco éticos de dar a luz siendo hombre.

El embarazo de Rubén es de alto riesgo, en parte por su epilepsia. En julio del año pasado interrumpió el tratamiento hormonal que debía acabar en una operación de cambio de sexo para poder someterse a otro, esta vez de fertilización de su útero, en ese momento atrofiado por las hormonas. Él siempre ha estado dispuesto a quedarse embarazado, a pesar de la contradicción que eso supone con su deseo de ser hombre. "Estoy en mi derecho de tener hijos. Vamos a ser un padre, una madre y dos hijos. No veo el problema", reivindica Rubén.

La vida de Rubén no ha sido fácil. A los siete años, cuando era conocida como Fany en Hinojares (Jaén), un chico llamado Lucas se acercó en el patio del colegio y le dijo: "Oye, ¿sabes que tus padres te compraron?". El hijo del maestro regañó a Lucas ("eso es un secreto", le gritó) pero el daño ya estaba hecho. Fany le preguntó a su madre si eso era cierto. No contestó. Interpretó el silencio como un sí. En Hinojares, donde vivió hasta los 18 años, nunca le aceptaron por sus maneras de chico. En la adolescencia se hizo monaguillo para robar su partida de nacimiento. Y descubrió que sus padres biológicos eran de Granada.

Y allí, en la ciudad andaluza, cambió su vida. Es el mismo lugar donde un camarero, al ver su pelo corto, sus movimientos poco femeninos, creyó que era un chico. El error le hizo feliz. Se fue del bar y en un rato estaba en una tienda de ropa. Le pidió un traje al dependiente y éste no dudó un segundo. Le enseñó un esmoquin, pensando que era un chico. Delante del espejo, con el traje puesto, se quedó ensimismado ante su nuevo yo. Ahí nació Rubén y murió Fany, la chica incomprendida del pequeño pueblo. Rubén no guarda ningún rencor de su pasado turbulento. Cuenta con asombro como un niño que le fustigaba le ha escrito ahora pidiéndole perdón por no haber comprendido sus demonios interiores. Este chico arrepentido se va a casar en breve con una transexual.

"No hay ningún secreto médico en esto, en realidad es un asunto mediático", opina el doctor Iván Mañero, coordinador de la Unidad de Género del Hospital Clínico de Barcelona. Mañero señala que Rubén tiene apariencia externa de chico "pero sus órganos no dejan de ser los de una mujer. Sin misterio". Destaca, además, el peligro de que estos embarazos se puedan hacer "para ganar dinero con las exclusivas".

Antes del parto, Rubén y Esperanza quieren contraer matrimonio para que ella sea legalmente la madre de los gemelos. La inscripción de los hijos en el registro, donde Rubén figurará como padre, no va a representar ningún problema. También ha pedido recientemente su cambio de nombre en el DNI, donde aún figura como Estefanía. "Tras el parto volveré al tratamiento hormonal y terminaré el proceso de cambio de sexo. Soy un hombre", explica con orgullo. La pareja cuenta que pronto se irá a vivir a Barcelona, donde Rubén dará a luz. Él, técnico de imagen y sonido, y ella trabajadora de la ONCE, en baja por depresión, no cuentan con muchos apoyos. A Rubén, siempre que llama a su padre adoptivo, le atiende su secretaria. O sea el buzón de voz. "Me dijo que quería a la niña que adoptó, no a mí".

Rubén y Esperanza no paran de hacerse carantoñas en la terraza de un bar. Él no quiere ir a por los cafés, le da pereza. "Los hombres caballerosos son los que hacen los recados", le dice su novia. "Ya, y las mujeres las que se quedan embarazadas", le contesta. Y se echan a reír.

Vía Juan Diego Quesada.

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"A Dios rogando y con la Poll... dando" (Que panda de miserables y ratas)


Foto de Rodrigo de Santos (Aunque de santo tiene poco...)

De Santos se negaba a casar homosexuales mientras se gastaba miles de euros en prostíbulos masculinos.

Libertad provisional para el edil del PP acusado de un presunto delito de abusos sexuales a dos menores.

El tribunal de la sección segunda de la Audiencia Provincial de Palma ha decretado hoy la libertad provisional con el pago de una fianza 100.000 euros para el ex concejal de Urbanismo de Palma Javier Rodrigo de Santos (PP), acusado de un presunto delito de abusos sexuales a dos menores.

Así lo ha decidido hoy este tribunal, por lo que el ex teniente de alcalde del Ayuntamiento de Palma deberá reunir la referida cantidad para salir de la prisión de Palma, donde lleva encarcelado desde abril del año pasado.


Libertad provisional
El abogado del acusado, José Ignacio Herrero, solicitó ayer por segunda vez la libertad provisional y, para ello, subrayó el arraigo suficiente de Santos, que descarta su fuga, y el hecho de que el acusado no tiene intención alguna de contactar con los dos menores.

Semana de espera
Rodrigo de Santos no abandonará la cárcel previsiblemente hasta la próxima semana, pues precisa reunir los 100.000 euros impuestos como fianza para asegurarse la Justicia que no eludirá los tribunales y se presentará a juicio.

Fianza
Fuentes próximas al ex concejal han señalado que hoy ha sido imposible reunir el dinero de la fianza. El fin de semana también son fechas complicadas para obtener esta cuantía tan elevada, por lo que no se prevé que sea hasta el próximo lunes cuando se entregue el dinero de la fianza.

Ahijado de Mato
De profundas convicciones católicas, según aseguraban quienes le conocían, Rodrigo de Santos fue el ahijado de la ex ministra de Sanidad y mano derecha de Mariano Rajoy, Ana Pastor, quien, en 1997, lo puso al frente de MUFACE y después director territorial del Insalud. Poco tiempo después fue el propio Jaume Matas quien le fichó como asesor personal para convertirse en 2003 en estratega y coordinador de la victoriosa campaña electoral autonómica.


"Impoluto"
Fue su momento más dulce. Sus amigos le llamaban el “impoluto” por su minuciosidad en la gestión y este, medio en broma medio en serio, aseguraba que sería ministro. Fue nombrado a instancias de Matas consejero de Urbanismo del Ayuntamiento popular de Palma y se hizo famoso por su fuerte oposición a los matrimonios homosexuales. En 2006 acudió a las concentraciones para ver al Papa y se fotografió con el obispo de Mallorca.

Conducta intachable
Mientras el Rodrigo de Santos público tenía una conducta intachable para su familia, amigos, Iglesia e, incluso, los ciudadanos, su vida privada se hacía cada vez más comprometida. Se negaba a celebrar bodas homosexuales pero durante su cargo como concejal se gastó más de 50.000 euros en prostíbulos masculinos.

Vía

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La National Portrait Gallery de Londres organiza una exposición dedicada a símbolos homosexuales (Gay Icons).

¿Quién es hoy en día un ídolo para los gais? La National Portrait Gallery de Londres planteó la pregunta a ersonalidades abiertamente homosexuales. Las respuestas del cantante Elton John, el actor Ian McKeller y el político Chris Smith, entre otros, esconden bastantes sorpresas y omisiones aún más chocantes. Estas personalidades forman parte del grupo que ha seleccionado a los 60 protagonistas de la exposición Gay Icons, que el museo de Trafalgar Square inaugurará el 2 de julio, y que se podrá ver hasta el 18 de octubre. Será la primera muestra dedicada a personajes, históricos y actuales, que han sido inspiración y ayuda para el movimiento homosexual.Entre los elegidos hay de todo, heterosexuales, homosexuales, algún travesti y otros del género no sabe / no contesta. Diana de Gales, Nelson Mandela, y el violonchelista y defensor de la libertad creativa y los derechos humanos Mstislay Rostropovich pertenecerían al primer grupo. Entre los gais, hay pintores como Francis Bacon y David Hockney; el activista estadounidense Harvey Milk, cuya vida acaba de llevar a la pantalla, con Oscar incluido, Sean Penn; el dramaturgo inglés Joe Orton, y la presentadora norteamericana Ellen DeGeneres. La lista completa de personajes no ha sido facilitada, pero se sabe que en ella figuran artistas que vivieron atormentados por su sexualidad, como la escritora Daphne du Maurier y el compositor ruso Tchaikovsky. «Ya no existe una comunidad gay. Los gais son gente tan dispar como cualquier otro grupo», señaló durante la presentación de la muestra Sandi Toksvig, que ha estado al frente del equipo de selección.


FOTÓGRAFOS DE EXCEPCIÓN / Las fotos de los elegidos fueron tomadas por artistas como Andy Warhol, Cecil Beaton, Lord Snowdon y Linda McCartney. La exposición coincide, además, con el 40° aniversario de los Stonewall Riots, las violentas manifestaciones con las que gais y lesbianas de Nueva York respondieron a los abusos de la policía y en las que exigían que se respetara su elección sexual y sus derechos. Uno de los aspectos más interesantes de la muestra son las ausencias. Muchos de los más obvios iconos gais, como Kylie Minogue, David Beckham, Barbara Streisand, Joan Crawford y Mae West, no aparecen por ninguna parte. Los estereotipos se rompen, los símbolos cambian.

En la National Portrait Gallery no estará Judy Garland. La Dorothy de El Mago de Oz es el símbolo gay por excelencia. Su canción Over de rainbow (Más allá del arco iris), se convirtió en himno y bandera de los llamados «amigos de Dorothy», la contraseña de los homosexuales para reconocerse mutuamente.

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Mujeres que aman a otras mujeres.

¿ Que significa ser lesbiana ?
Las lesbianas son mujeres que aman a otras mujeres. Somos mujeres que se sienten atraídas sexualmente por otras mujeres. Somos mujeres que podemos sentirnos vinculadas más estrechamente a las mujeres emocional y espiritualmente. Somos mujeres que preferimos a otras mujeres como pareja. Como lesbianas, no estamos solas. Uno de cada diez adolescentes es lesbiana o gay. Muchas mujeres famosas de la historia eran lesbianas. Las lesbianas son docentes, médicas, abogadas, obreras de fábrica, agentes de policía, políticas, pastoras, estrellas de cine, artistas, madres, monjas, camioneras, modelos, novelistas. Hacen de todo lo habido y por haber.

Las lesbianas son blancas, negras, asiáticas, hispanas, indias americanas, judías, católicas, protestantes, budistas. Las lesbianas son ricas, pobres, de clase trabajadora y de clase media. Algunas lesbianas forman parte de matrimonios heterosexuales. Algunas lesbianas son discapacitadas. Las lesbianas son mujeres jóvenes y de edad avanzada. Las lesbianas viven en las ciudades y en el campo.

¿Cómo sé si soy lesbiana?
Durante la adolescencia, la mayoría de las jóvenes comienzan a percatarse de sus sentimientos sexuales y se interesan por salir con su pareja. Muchas jóvenes se sienten atraídas físicamente por los hombres.

Pero muchas otras jóvenes se sienten atraídas físicamente por otras mujeres. Tú tal vez observes que te atraen otras mujeres. Tal vez sientas distinto que tus amigas, como que no encajas a veces.
Cuando tus amigas se fijan en los muchachos, tú tal vez te fijes en las chicas. Salir con muchachos tal vez no te interese. Tal vez te preguntes, "¿Por qué no hay hombres como estas mujeres estupendas que se me presentan constantemente?" Es probable que también te sientas confundida o insegura sobre si eres o no lesbiana.

Los adultos tal vez te digan que eres demasiado joven para que te llames a ti misma gay, o que estás pasado por una etapa, o que no sabes de lo que hablas. Esa es su forma de evitar el hecho de que algunas de nosotras somos jóvenes lesbianas. Tal vez te sientas confundida porque te atraen tanto los hombres como las mujeres. No hay nada malo en ello. Algunas mujeres tienen relaciones con hombres y mujeres durante toda la vida.
Algunas tal vez decidan ser exclusivamente lesbianas o heterosexuales. Nuestra sexualidad se desarrolla con el tiempo. No te preocupes si no estás segura.

¿Soy normal?
Sí, tú eres normal. Es perfectamente natural que las personas se sientan atraídas por miembros de su propio sexo. Pero no es algo que se fomente en nuestra sociedad. Muchas personas ignoran estos sentimientos debido a los prejuicios que existen contra los gays y las lesbianas. La mayoría de los expertos científicos están de acuerdo en que la orientación sexual de una persona se determina a una edad muy temprana, tal vez incluso en el nacimiento. Es normal y sano ser uno mismo, sea uno gay o heterosexual. Lo realmente importante es que aprendamos a gustar de nosotros mismos.

¿Cómo es ser joven y lesbiana?
No hay una forma "correcta" o "incorrecta" de ser lesbiana. Debido a los estereotipos de la sociedad sobre las lesbianas con los que todos hemos crecido, podrías pensar que tienes que ser de una cierta manera si eres lesbiana.

Pero hay lesbianas de todas formas y tamaños, con todo tipo de ocupaciones y niveles de educación. Tu orientación sexual forma sólo una parte de quién eres. Probablemente tengas pasatiempos e intereses que sean los mismos que los de tus amigos heterosexuales.

Debido a la homofobia y los prejuicios, algunas personas no aceptan a las lesbianas y los gays. Las lesbianas y los gays sufren discriminación y violencia, por lo que hay muchas organizaciones gays y lesbianas que luchan por los derechos civiles de los gays y las lesbianas.


¿A quién debo contárselo?
"Salir del closet" es el proceso de aceptarse a una misma como lesbiana y figurarse lo abierta que una quiere ser sobre su orientación sexual. Desdichadamente, no todas las personas que conozcas pensarán que ser lesbiana es lo mejor del mundo. Es difícil saber quién puede aceptar la información y darte su apoyo.


Algunos amigos tal vez te acepten. Algunos tal vez se alejen o le cuenten a otras personas sin tu permiso. Decírselo a la familia puede ser muy difícil. Algunas familias brindan su apoyo generosamente. Pero algunos jóvenes gays y lesbianas fueron echados de sus hogares cuando sus padres se enteraron. Tal vez haya un consejero de orientación o asistente social en tu escuela o en un organismo local de la juventud o de asesoramiento, en quien puedas confiar. Es importante tener alguien con quien hablar ya que no es normal ni sano que los jóvenes tengan que guardar en secreto una parte tan importante de su vida.


¿Y qué hay del sexo?
Decidir si tener relaciones sexuales o no con alguien es una gran decisión. Tal vez te asuste mucho la idea de tener relaciones sexuales con otras mujeres, lo cual es normal. A muchas de nosotras nos pasa, especialmente si es nuestra primera vez.

En nuestra sociedad no se alienta a las mujeres a hablar abiertamente sobre el sexo, pero es importante que expresemos lo que nos gusta y no nos gusta hacer sexualmente, ya sea que nos sintamos listas para tener relaciones sexuales o no, y las distintas expectativas que podamos tener sobre la relación.

Y es importante hablar sobre si corremos el riesgo de contraer el VIH, el virus que se cree es la causa del SIDA, u otras enfermedades venéreas, como el herpes. Las lesbianas pueden manifestar su sexualidad entre sí de muchas maneras. Podemos darnos placer abrazándonos, besándonos, estrechándonos, acariciándonos, estimulando los genitales de cada una con la lengua y las manos, e insertando los dedos en la vagina de nuestra pareja, frotando los cuerpos uno a otro para estimularse mutuamente, y cualquier otra cosa que queramos hacer. ¡Podemos usar nuestra imaginación!


¿Cómo aprendemos a gustar de nosotros mismos?
Todas las personas tienen derecho a sentirse bien sobre sí mismas. Todos somos seres humanos valiosos. Desarrollar la autoestima es muy importante para los jóvenes. Es difícil que los gays y lesbianas adolescentes se sientan bien sobre sí mismos porque estamos rodeados de personas que creen que estamos enfermos o somos pervertidos o estamos destinados a vivir vidas muy desdichadas.

Cuando sentimos que tenemos que ocultar quienes somos realmente, esto puede hacernos sentir ganas de lastimarnos por medios tales como el alcohol, las drogas o el suicidio. Podemos sentirnos muy aislados, temerosos y deprimidos, especialmente si no hemos tenido a nadie con quien hablar sobre el hecho de que somos lesbianas.

Cada vez más, nosotras, como jóvenes lesbianas, aprendemos a gustar de quienes somos. Nos ayuda leer buenos libros sobre lesbianas -libros con información precisa y escritos sobre lesbianas que tienen vidas muy plenas.

Nos ayuda también reunirnos con otras lesbianas porque entonces descubrimos que las lesbianas son tan diversas como cualquier otro grupo de personas y que nuestra sociedad nos ha dicho muchas mentiras. Puede ayudar que te digas todos los días, "Soy lesbiana y no hay nada malo en ello".

Además, trata de encontrar a alguien con quien hablar que crea también que no hay nada malo en ser lesbiana. Recuerda, es normal y natural ser lesbiana, del mismo modo que para algunas personas es normal y natural ser heterosexual.

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La Iglesia defendiendo el aborto para que sus monsenes sigan violando a niños en el futuro.


La campaña de la Conferencia Episcopal en contra del aborto ha generado tanta controversia que casi podría decirse que se ha vuelto en su contra. El ya famoso cartel publicitario en el que se compara un cachorro de lince –por cierto, no ibérico, como habían dicho los obispos- con un niño sonriente y se pone en duda cuál de los dos está más protegido ha dado lugar a múltiples interpretaciones que están recorriendo la red. Páginas web, blogs y correos electrónicos están siendo los encargados de difundir las múltiples contracampañas.

Un niño sonriente y gateando se pregunta por qué está menos protegido que un lince –que pretendía ser ibérico- en la última campaña de los obispos en contra del aborto. Aunque la interrupción voluntaria del embarazo está despenalizada en nuestro país desde los años 80, la modificación de la ley ha reavivado las críticas de la Iglesia y de los sectores más conservadores de la sociedad. Sin embargo, la campaña de la Conferencia Episcopal no ha sentado nada bien y las contracampañas han aflorado de manera multitudinaria en la red.

Impulso a través de internet
La principal iniciativa está coordinada por el blog Las Linces, una web que ha abierto perfiles en las principales redes sociales y que hace acopio de carteles modificados con el mismo fondo de la campaña episcopal en su galería de imágenes de Flickr. Las Linces llevan desde el martes haciendo llamamientos a los internautas para que lleven esta contracampaña a favor del aborto y en contra de la postura de la Iglesia a sus sitios en internet.

Pobreza y mujeres
Además de los carteles alternativos con trasfondo político, la red recoge ya otras múltiples alternativas. En uno de los contra-carteles, por ejemplo, el lince tiene la cara de Antonio María Rouco Varela, y lleva el membrete de “protegido”, mientras que un niño visiblemente desnutrido se pregunta quién le protege a él. En otra versión, es una mujer la que se contrapone al retrato del presidente de la Conferencia Episcopal, y pide que se respeten sus decisiones.


Integridad de los jóvenes
En otro de los anuncios de la contracampaña un “preadolescente” pide a los obispos que se mantengan “lejos” para poder mantener su “integridad”. El mismo bebé de la campaña episcopal pide que no se le deje en manos del clero en otro de los anuncios alternativos.



Protección de dictadores
Incluso se han hecho carteles para recordar que la iglesia ha protegido a dictadores como Augusto Pinochet.

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Que suerte tienen (en este país) los alzacuellos.


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Qué suerte tiene usted, señor obispo, de que yo no sea católico. Qué suerte tiene de que su sueldo no dependa de mi cruz en la casilla correspondiente de la, ya próxima, declaración de la renta. Qué suerte tiene de no trabajar usted para mí, porque lo iba a poner a andar.

Si yo fuese cliente de su empresa, y su sede social, su coche oficial, sus trajes de gala y sus sínodos dependieran de mí -que sería quien los pagaría con mis aportaciones anuales-, se cuidaría usted mucho de mantener esas posturas retrógradas y contrarias a la democracia y a las enseñanzas de Jesucristo.

Si yo fuese cristiano practicante y miembro de hecho de la Iglesia católica, se cuidaría usted mucho de lanzar esas soflamas que atentan contra la mejora de los derechos democráticos de mis hijas a un aborto libre y gratuito, a una enseñanza pública de calidad, a una muerte digna y, si fuese necesario, asistida por una sanidad pública y gratuita.

Si yo sostuviese económicamente a su empresa, señor obispo, se cuidaría usted mucho de intentar, en la homilía del domingo, el desprestigio de un Gobierno laico y democrático elegido con mi voto, porque yo sí sabría distinguir entre Dios y el césar.

Si se mantuviese con mis aportaciones económicas una emisora plagada de calumniadores, le aseguro que alguien terminaría entendiendo lo de la caridad cristiana, la conciencia de pecado y la existencia del maligno.

Vía Senén Olano.

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Ellos (los curas) sí que son un pecado, pero de los gordos, GORDOS..

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¿Cuándo veremos al portavoz de la Conferencia Episcopal española con un cartel que diga "¡Protege mi vida!" con la fotografía de una adolescente subsahariana que lleve una caja de 12 preservativos en la mano?

Porque, puestos a proteger vidas, la Iglesia católica debería focalizar su preocupación por la vida de un ser ya nacido en vez de la de un ser por nacer. Muchos le agradeceríamos que esa empatía casi enfermiza que el Vaticano tiene por los embriones la hiciera extensiva a las miles de adolescentes africanas que cada año se ven infectadas por el VIH.

Entre otras cosas, porque les dicen que usar el condón es pecado.

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El señor Ratzinger o el hombre que condena los condones y persigue la alegría.

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En la África de la miseria, del hambre, de la ausencia de una red sanitaria y escolar mínima, donde malviven millones de seres humanos y donde millones de niños mueren sin llegar a la adolescencia; en la África donde la única esperanza de la inmensa mayoría de sus hombres y mujeres es huir como sea para encontrar –lo que es dificilísimo- un lugar al sol de la abundancia; en la África donde el sida arrasa y mata con facilidad a muchos de sus habitantes, el jefe máximo de la Iglesia católica dice que él no habla de política ni de economía, sino de espiritualidad. Y para empezar, su espiritualidad la mide prohibiendo, una vez más, el uso de condones, siquiera para frenar o recortar la pandemia del sida.

Obsesión rastrera
¡Qué obsesión tan infame, ciertamente rastrera, la de tantos clérigos, obispos, arzobispos, cardenales y, por supuesto, el Sumo Pontífice de la sotana blanca, en torno al sexo! ¡Qué vergüenza estar siempre dándole vueltas a la noria del sexo, condenándolo, a la defensiva, buscándole su supuesta maldad congénita! ¡Qué obscenidad priorizar en África lo que la cúpula católica entiende por espiritualidad y dejar de lado la política y la economía! Ésas son las dos palancas que debieran ser utilizadas en el continente africano para que la situación cambiara npara bien totalmente y África dejara de ser un infierno –ese infierno sí que existe-, y se convirtiera en un lugar para que florezca la vida y no para que emerja la tragedia de la muerte.


El inquisidor del siglo XX
Pero Benedicto XVI –antes llamado, cuando ejercía de inquisidor del siglo XX, Joseph Ratzinger- no sólo le preocupa de los africanos que se pongan condones. Por cierto, ¿cuántas veces, señor Ratzinger, Cristo condenó los condones u otras formas de evitar la procreación? También le inquieta que las misas católicas celebradas en África, así como otros oficios religiosos, estén impregnadas de restos de las antiguas religiones africanas y, por consiguiente, no sea “dignas”. Relevante cuestión, importantísimo problema. Al jefe del teocrático Estado Vaticano le molesta que las misas africanas tiendan a ser exuberantes. Dice el Pontífice: “Estas celebraciones son festivas y alegres, pero es esencial que la alegría demostrada no sea un obstáculo para entrar en diálogo y comunión con Dios”. ¿Pretende el señor Ratzinger ponerle, eso sí, condones a la alegría? ¿Cree el Papa que Dios sí rompe el diálogo con los africanos que, evocando su pasado religioso, se muestran alegres en demasía? ¿Le parece mal –todo lo que no controlan les parece a ustedes mal- que las viejas creencias africanas se mezclen con la liturgia de las misas traídas por los colonizadores? O sea, por los expoliadores de África, al margen, claro, de miles y miles de misioneros y misioneras beneméritos y entregados a hacer el bien a los africanos.


Mandamases de la carcunda
¡Menudo Dios se han inventado ustedes, los mandamases de la carcunda, los que están más pendientes de los condones que de salvar a la gente del sida, los que siguen anatemizando la homosexualidad, las células madres, la muerte digna o la eutanasia, el aborto reglado, el divorcio, sea o no exprés! En África dicen que no hablan de política, pero en sus púlpitos y sus copes no hacen otra cosa que hacer política, apoyando a la derecha y maldiciendo a la izquierda. Recuerdan sobre todo, a los escribas y a los fariseos, sepulcros blanqueados, que decían una cosa y hacían la contraria. Usted, señor Ratzinger, es el hombre que en nombre de Dios, se atreve a condenar los condones y a perseguir la alegría. He aquí su retrato. Estremecedor.
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¿Crees que lo somos?

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Nuevo condón femenino.

Más cómodo

La firma Female Health Co ha obtenido la autorización de EE UU para comercializar una nueva versión más económica de su condón femenino, lo que podría ayudar a ganar compradoras en el país norteamericano y a impulsar su uso en el mundo en desarrollo.

Fabricado con un material más blando que la versión original, permite un uso más discreto

El nuevo preservativo, el Female Condom FC2, está fabricado con un material más blando, lo que permite un uso más discreto y, al estar realizado mediante un proceso más económico también permite bajar su precio de venta al público, según la compañía.

La versión original del profiláctico no ha logrado nunca competir con los condones masculinos, entre otras cosas porque eran incómodos, ruidosos y más caros. Además, el menor costo del FC2 permitiría a organizaciones sanitarias distribuir más dispositivos de control de natalidad a las mujeres de África y otras zonas donde el sida es una gran preocupación.

El primer condón de la empresa fue aprobado en 1993 para prevenir el embarazo y las enfermedades de transmisión sexual y se distribuyo en 108 países. Sin embargo, no ha sido muy utilizado en Estados Unidos ni en los países desarrollados.

El producto compite con otros métodos de control de natalidad, fundamentalmente los preservativos masculinos, que pueden adquirirse a partir de los 50 centavos de dólar por unidad (38 céntimos de euro), mientras que el preservativo femenino original cuesta entre 2,80 (2,15 euros) y cuatro dólares (3 euros) cada uno.

El FC2 cuesta alrededor del 30% menos que el FC1.

Se desconoce aún cuánto costará la nueva versión o cuándo estará disponible. La aprobación por parte de la FDA (la Agencia estadounidense del medicamento) también permite que la agencia de Naciones Unidas ONUSIDA compre el FC2 y lo distribuya en programas globales destinados a prevenir la expansión del VIH.

Decenas de organizaciones civiles habían solicitado ya a Estados Unidos la autorización de la nueva versión del preservativo para mujeres.

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Violadas y asesinadas por ser lesbianas.

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Aumentan en Sudáfrica las violaciones de "castigo" basadas en la creencia de que estas acciones corregirán su orientación sexual.

Las violaciones "de castigo" a mujeres lesbianas aumentan en los barrios pobres de Johannesburgo y Ciudad del Cabo, donde está cada vez más extendida la creencia de que este tipo de abusos "corregirá" la orientación sexual de las víctimas, ha informado la organización ActionAid.

"El país está presenciando una violenta reacción contra las mujeres lesbianas, que son percibidas por los hombres como una amenaza directa a la sociedad machista", se indica en un comunicado remitido por esa organización. Según la nota, un grupo de apoyo a gays y lesbianas, que no identifica, actualmente atiende en Ciudad del Cabo a una media de diez mujeres por semana que han sufrido este tipo de violaciones "de castigo".

"En Sudáfrica, ninguna mujer está a salvo de la violencia", se afirma en el comunicado. Según ActionAid, "en este país se sigue sin luchar contra las agresiones a las mujeres", mientras se calcula que "se producen unas 500.000 violaciones al año, cientos de asesinatos e incontables palizas cada año".

Varias mujeres lesbianas entrevistadas por la organización afirman que, mientras las violaban, los agresores repetían que les estaban dando "una lección", o mostrando como "ser mujeres de verdad". "Nos insultan cada día, nos pegan palizas cuando caminamos solas y nos dicen constantemente que merecemos que nos violen", ha denunciado una de las víctimas.

Violaciones, asesinatos e impunidad judicial

Desde 1998, en 31 casos los agresores fueron más allá de la agresión sexual y asesinaron a sus víctimas. Sin embargo, el sistema judicial sudafricano no reconoce este tipo de delitos como discriminatorios, "por lo que es probable que la cifra real sea mucho más alta". Según ActionAid, de estos 31 casos, sólo uno de ellos acabó en los tribunales, mientras que de cada 25 violadores, 24 quedan en libertad, lo que ha desembocado en un "aumento brutal y opresivo de la violencia del sexo masculino, por el que las mujeres deben sufrir las consecuencias".

"Encarcelan a mujeres por robar una barra de pan, pero dejan libres a los hombres que violan a mujeres y asesinan a lesbianas"

"Está claro que el Gobierno de Sudáfrica debe frenar este tipo de delitos contra las mujeres y cumplir las promesas de la Constitución", señala en la nota el director de ActionAid en el país, Zanele Twala.

Tsidi, superviviente de uno de estos ataques discriminatorios, denunció que "en Sudáfrica hay jueces que encarcelan a mujeres por robar una barra de pan para alimentar a sus hijos, pero dejan libres a los hombres que violan a mujeres y asesinan a lesbianas".

A pesar que Sudáfrica cuenta con una de las Constituciones más progresistas del mundo, que protege los derechos de los homosexuales, su sistema legal no está a la misma altura, puesto que los tribunales se niegan a aceptar que la orientación sexual de las víctimas juegue un papel relevante en las violaciones a lesbianas. "Además, la Policía se muestra reticente a investigar este tipo de delitos, y la asistencia y ayuda a las víctimas es inadecuada", denuncia ActionAid.

Violación de los derechos humanos

"Las agresiones sexuales 'de castigo' son otra manifestación grotesca de la violencia dirigida a las mujeres, que es la violación de derechos humanos más extendida en el mundo", afirmó Twala. "Los delitos siguen quedando impunes, mientras que los gobiernos ignoran el problema", sentenció.

El pasado 5 de marzo, la organización de ayuda humanitaria Médicos sin Fronteras ha afirmado que ocho de cada nueve víctimas de violaciones en Sudáfrica no las denuncian y que "en algunas áreas del país, las agresiones sexuales se han convertido en algo normal".

"No hay excusa para este tipo de violencia sexual, por muy prevalente que sea este fenómeno en algunas de las áreas en las que trabajamos", afirma la directora de operaciones de MSF Bégica, Meinie Nicolai.

Vía Publico

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"Inestabilidad" Juan José Millás.

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Nos encontrábamos ya cerca de mi casa, cuando el taxista fue avisado por un colega de que había en nuestro camino un control de alcoholemia. Como resultara imposible dar la vuelta o escapar por una calle lateral, el conductor me confesó que llevaba dos copas, pues había comido con unos amigos de la infancia a los que hacía años que no veía. ¿Y qué quiere que le haga?, pregunté. Que se ponga al volante, respondió, como si usted fuera el taxista y yo el pasajero. Me pareció una propuesta absurda a la que respondí con una sonrisa de desconcierto. Mientras sonreía, vi en sus ojos, a través del espejo retrovisor, un movimiento de pánico que produjo también en mí alguna inquietud. En cuestión de segundos me puso al corriente de su situación, responsabilizándome del drama familiar que se le vendría encima si le retiraban la licencia. Aunque intenté defenderme, lo cierto es que al cabo de un momento, dada mi debilidad de carácter, estaba al volante del taxi, con el conductor detrás.

Alcanzado el control, un guardia hizo señas de que nos echáramos a un lado. Luego se acercó, me informó acerca de sus propósitos y me pidió que soplara, lo que hice con miedo, pues aunque no había bebido creo que el organismo puede, en situaciones de estrés, producir todas las sustancias existentes. Por fortuna, estaba limpio y me dejaron seguir. Como no era cuestión de detenerse a unos metros del control para realizar el cambio, y dado que mi domicilio se encontraba muy cerca, continué conduciendo hasta el portal, donde el taxista, tras mirar el contador, sacó un billete, me lo dio, abrió la puerta, salió del coche y se metió en mi casa, todo con una rapidez tal que no fui capaz de reaccionar. Además, apareció enseguida otro cliente que me pidió que lo llevara a toda mecha al aeropuerto. Qué inestable es la realidad, pensé arrancando.


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Diez razones para adorarle más.

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Trescientos periodistas, la sala 25 del cine Kinépolis de Madrid (con la pantalla más grande de Europa) y una hora para que el manchego presentara, junto a su reparto -alguno ni abrió la boca-, su 17ª película, 'Los abrazos rotos'. Una rueda de prensa resumida en diez perlas (y como epílogo, otra de Penélope Cruz).

Sus autorreferencias:

Los abrazos rotos no es un autohomenaje, sino que me sirvo de cosas por las que no tengo que pedir permisos”.

Las coincidencias:

Primera: “Al ver cómo en Telecinco leían los labios de la Princesa Letizia, cuando decía en su boda: ‘Es todo tan hermoso’, se me ocurrió el personaje que encarna Lola Dueñas. Hace dos días me contó Lola por email que la persona con la que preparó su papel es justo la misma que hizo aquella lectura”. Segunda: “Leyendo la prensa en Lanzarote me enteré que la rotonda donde filmé el accidente de coche de los protagonistas es la misma donde perdió la vida el artista César Manrique, que fue quien me enseñó la isla en mi primera visita”.

Sus recuerdos de Madonna:

“Cuando vino Madonna de gira con su Blond ambition tour en 1990, y nos grabó para su peli, la muy choricilla, que encima estaba todo el rato pidiéndome el teléfono de Antonio Banderas, porque se lo quería tirar y yo nunca se lo dí… Bueno, Madonna salía a correr con seis guardaespaldas. A mí me sorprendía, y ella me decía: ‘¿Tú no llevas guardaespaldas?’. Como no sea para tirármelos… Bueno, que quería decirle que aquí la gente se sentía insultada por esa exageración. Sus apariciones con esa seguridad, como las que hizo Prince igual unos meses más tarde, provocaron momentos de violencia y por eso yo se lo dije. Aquí nadie va a pegar un tiro a una estrella. No hay peor modo de vivir que el de Michael Jackson”.

Su oído:

“[Al igual que el director ciego protagonista del filme] yo puedo montar una película sólo de oído. Oyendo una toma puedo saber si es buena o no. En realidad dirijo mucho de oído”.

La taquilla:

“Llevo pensando en esta película 24 horas al día desde hace 14 meses. Ojalá que con ella suba el porcentaje en taquilla del cine español. Soy consciente de mi responsabilidad. Pero el espectador es imprevisible. Yo, como en mis anteriores 16 películas, estoy sumergido en la incertidumbre. Aunque es cierto que la expectación empuja a la gente a ir al cine”.

El Oscar:

“Con el primero tuve la sensación de haber tenido un niño. La gente me llamaba para conocerle, como si fuera un ser vivo. En los aeropuertos es un objeto peligroso. A Penélope la conocen y no le dicen nada, pero yo iba con él al control de seguridad y me decían: ‘En la maleta hay un objeto metálico contundente’. Yo respondía: ‘Soy Pedro Almodóvar, director de fama internacional’. ‘¿Pedrooo?’. Con lo que me percataba de mi poca fama internacional y le decía: ‘Sí, que he ganado un Oscar’. ¿Usted, un oscar?’. Como sabía que la anécdota quedaría muy bien contándola después, no me molestaba mucho… Pero con otros premios es peor. Si sales de España con un Goya, directamente te detienen”.

Su madurez:

“Hay un reflejo de mi edad en el cine. En los 80 mi vida era más coral, rodeado de gente. Ahora es más de interior. Es que me estoy convirtiendo en un maduro interesante”.

La popularidad:

“Mi día a día en Madrid se va empobreciendo por la popularidad. A mí lo que más me gusta es salir a mirar. Y no puedo. Hay gente que va a la televisión al revés, para salir en ella y que la reconozcan. Si no les ha dejado claro el error, yo se lo repito: es una equivocación”.

Madrid:

“Es una ciudad muy incómoda. Es como un matrimonio: llevo 40 años aquí y estoy harto, pero hay algo que me ata aquí. Aunque cada vez estoy más harto”.

Su amor al cine:

“Es una película romántica, con varias historias de amor cruzadas, todas ellas muy intensas, pero también hay una historia que subyace a todas las demás: es mi historia de amor con el cine. Es una declaración de amor al cine, por eso hay tantas referencias a tantas películas”.

Penélope Cruz sobre Almodóvar:

“Si sólo pudiera trabajar con un solo director, sería con Pedro”.

Vía Gregorio Belinchón.
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Cómo saber si soy lesbiana.

La opción sexual que elijas determina tu comportamiento sexual a lo largo de tu vida, por lo que es importante que comprendas si eres lesbiana o heterosexual, aunque, claro está, también existe la posibilidad de que seas bisexual, en cuyo caso te sentirás atraida tanto por hombres como por mujeres.

Sin embargo, no debes de confundir el haber mantenido una relación esporádica con una mujer con el ser lesbiana. Entre mujeres es habitual el tener un contacto más cercano y más íntimo, y puede, incluso, llegar a generar una relación sexual. No obstante, eso no quiere decir que seas lesbiana.

Eres lesbiana si sientes una atracción permanente por mujeres y practicas relaciones sexuales con ellas, disfrutando en ellas, puedes estar segura de que eres lesbiana, así que no te agobies, y disfruta de tu sexualidad en libertad y sin constricciones sociales.

Vía Sexología.

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Feeldoe de Tantus, vibrador para dar y recibir placer.

El Feeldoe de Tantus es un consoladormanos libres” que brinda una doble penetración, sí chicas la que lo lleva puesto como la que es penetrada pueden experimentar sensaciones muy placenteras.

Gracias a su forma contorneada se adapta sin problemas a los genitales femeninos, el extremo más corto y redondito se coloca dentro de la vagina y el sector ribeteado que le sigue estimula el clítoris a medida que se realizan los movimientos de vaivén de la penetración.

Por si esto fuera poco en su interior se inserta un vibrador que hace llegar al clímax a la chica penetrada.

El Feeldoe de Tantus también tiene la ventaja de ayudarte a tonificar los músculos genitales lo que con el tiempo hará que los orgasmos sean más profundos y satisfactorios.

Este juguete de silicona debe limpiarse con un jabón antibacterial o bien se lo puede hervir en agua, quitando previamente el vibrador que lleva dentro.

Lo pueden encontrar en diferentes colores y medidas, para mayor información o adquirir el producto visiten el sitio web El Tocador.

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Mitos del lesbianismo (I)


Todos conocen lo que significa el término “lesbiana” y a quienes se lo adjudica, pero dentro de esta concepción se divulgan erróneas creencias acerca de su sexualidad y estilo de vida.

Esta nota es para echar luz sobre esos mitos que inundan las nociones sobre el colectivo lésbico para que todos podamos entender su realidad, emociones y sensaciones.

Las lesbianas odian a los hombres

El que una mujer prefiera relacionarse sexualmente con otra mujer no es razón para aseverar que odie a los hombres, es más muchas lesbianas han tenido alguna relación sentimental con un varón o son muy amigas de ellos.

Las lesbianas masculinas desean ser hombres

El que algunas mujeres tengan una apariencia masculina no tienen nada que ver con que renieguen de sus genitales, si bien algunas se someten a la operación de cambio de sexo están las otras que disfrutan de su condición de mujeres. No está bien generalizar porque el universo de la diversidad sexual es demasiado grande como para describirlo en pocas palabras.

Las lesbianas descubren su sexualidad cuando se acuestan con otra chica

La sexualidad humana se define a una corta edad, así como los heterosexuales o los gays, ellas saben de su inclinación sin necesidad de acostarse con alguien de su mismo sexo.

Las lesbianas se sienten atraídas por todas las mujeres

Esto es falso, cada persona tiene sus gustos y no por tener la condición de homosexual significa que a una lesbiana le guste cada mujer que se cruza por su camino.

Vía Sexología

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"Los abrazos rotos" de Pedro Almodóvar.





Todo empezó con la foto de una playa. La cámara de almodóvar captó a lo lejos, inesperadamente, una pareja abrazándose. Siguieron 15 semanas de rodaje. El proyecto más complejo del director, que reconstruimos de la mano de sus actores.

Yo leí una película, rodé otra y he visto otra diferente". Así resume el actor Rubén Ochandiano su trabajo en Los abrazos rotos. La más cara de Almodóvar (12 millones de euros), en la que el cineasta ha invertido más tiempo de rodaje (15 semanas), la más larga (127 minutos) y, probablemente, la más compleja: el baile entre pasado y presente y entre géneros -thriller, drama y comedia- se abrazan de forma tan misteriosa como esa foto que, al principio del principio, inspiró el relato. En sus notas, el director dice: "Un hombre escribe y ama en la oscuridad. Catorce años antes sufrió un brutal accidente de coche, donde no sólo perdió la vista, sino que también murió Lena, la mujer de su vida". Amores locos, la paternidad como luz y como sombra, la muerte, el silencio y el cine. "Una pieza de relojería", afirma otro miembro del reparto, el actor Lluís Homar.

El rodaje de la película arrancó con ese accidente que vertebra el drama: en una rotonda, bajo una escultura móvil de César Manrique, en Lanzarote, la isla donde Almodóvar tomó hace nueve años una fotografía de la playa del Golfo sin detectar que en su negra arena había una pareja abrazada. Lanzarote, de una belleza volcánica, fue refugio para el duelo del cineasta por la muerte de su madre. La extraña energía del paisaje insular le descubrió la luz que emana del color negro. La fotografía de la playa se sumó al enigma, había algo allí que sólo había detectado el ojo de la cámara, "como en la fotografía del parque de Blow-Up, de Antonioni", explica Almodóvar.

Una fotografía, una pareja enamorada, el negro de la isla y la oscuridad en la que el propio director entró por culpa de otro misterio: unas terribles migrañas que ningún médico ha logrado curar. El guión de Los abrazos rotos empezaba su curso. En las navidades de 2007, refugiado en el hotel Mirage de Tánger, terminaba la primera versión definitiva. "Yo recibí cinco o seis versiones con cambios continuos", precisa el actor José Luis Gómez, que interpreta al magnate Ernesto Martel, el malo de la película. "Un hombre que también está ciego, rematadamente ciego, de amor", dice el actor. Para él, Almodóvar es un director "sensitivo y preciso" que "articula y moldea" una estructura cuya alma sólo él conoce. "Su proceso de ensayos está muy lejos de lo que yo estaba acostumbrado en el cine de este país".

Lluís Homar interpreta al director Mateo Blanco, que después de quedarse ciego responde al nombre de Harry Caine. Homar entrenó su gestualidad de ciego (un duro trabajo físico) durante meses antes de rodar. Se considera un actor al que la dificultad le alienta: "Tengo buen carácter y la vida no tiene que ser fácil, sino rica y plena. Tengo un respeto enorme por Pedro, él se fija en todo. No es fácil, pero tiene una intensidad feliz". "La ficción", añade, "no es para huir de la realidad, sino para conectarse a ella. Es ese proceso catártico del personaje lo que me interesa". Y el suyo, explica, representa a un hombre roto: "Y todo su pasado está ahí, en un cajón cerrado con llave".

La llave a ese cajón, a ese pasado que regresa, la tiene el personaje que interpreta Blanca Portillo. La actriz, como Homar, repite película con Almodóvar. Ella era la vecina porrera y enferma de cáncer de Volver, y él, el torturado padre Manuel de La mala educación. Si en aquella película Homar rodó durante 15 días, aquí el viaje duró meses: "Llegué el 23 de enero, el 24 se murió mi padre y tuve que volver a Barcelona. El 25 le enterramos y el 28 regresé y me puse en marcha. Terminé el 5 de septiembre y durante todo ese tiempo no hice ninguna otra cosa. Pero por mucho que tú pongas, Pedro pone mucho más".

De todo el proceso de trabajo de la película, la actriz Blanca Portillo se queda con los ensayos, en la primavera de 2008. "Es el momento de descubrir el guión, de buscar los matices. Es un momento que siempre disfruto mucho". La actriz reconoce que hasta que ha visto la película, no ha terminado de entender muchas cosas que el director le pedía. "Esa frialdad, ese nada de lágrimas que tanto nos repetía. Hasta que ves la película, todas sus partes, no acabas de entender las razones de todo lo que nos indicaba". La actriz describe el filme como un mosaico de "amor, odio y venganzas". "Es muy trágico", añade. "De mi personaje me sobrecoge su infinita lealtad, esos amores que no necesitan ser nombrados", continúa al referirse a Judith, la que fuera ayudante de producción de Mateo Blanco, y la mujer que le cuida, ayudada por su hijo, ese lazarillo que interpreta Tamar Novas. "A mí, esta profesión me salva la vida", explica Portillo. "Me casé con ella hace 28 años y no tengo otro amor. ¿La soledad? Es un precio que merece la pena pagar. Los actores somos atletas del alma, lo nuestro es la gimnasia emocional".

Tamar Novas, de 22 años, interpreta al hijo de Blanca Portillo. El actor recuerda la ansiedad de antes del rodaje: "Esperaba un gran nivel de exigencia y, efectivamente, se cumplió. También fue divertido y emocionante sentirse parte de este enorme engranaje. Te sientes pequeño porque dentro de la película eres pequeño, pero tienes que hacer un trabajo enorme; además, me gusta pensar que es gracias a mi personaje que se abre ese cajón cerrado lleno de recuerdos".

"Pedro me dijo que me fijara en el Philip Seymour Hoffman de Boogie nights", cuenta Rubén Ochandiano, el otro actor joven del reparto. "Sí, ese tipo de gordito zangolotino, un homosexual que todavía no sabe lo que es", añade el director. El joven actor confiesa que se tomó un tranquilizante el día, hace pocas semanas, que fue a ver la película. Le aterraba: "Por un lado era un personaje divertido; esa peluca, esos pelos, esos granos... Pero luego estaba el conflicto con el padre ausente y su incapacidad para ser él mismo. Pedro se reía mucho conmigo en el rodaje, pero a mí me costaba mucho verme en esa cara y en esa alma podrida".

Cámara en mano, el personaje de Ochandiano (ese aspirante a cineasta llamado Ray X) es el ojo que todo lo mira, rueda el making of de la película de la película, esa Chicas y maletas que rememora (el gazpacho, la mujer abandonada, los monólogos hilarantes) a Mujeres al borde de un ataque de nervios. Esa película pop cuya capacidad redentora encierra la respuesta a todos los enigmas de la nueva película de Almodóvar.

Un cineasta paralizado por una accidental ceguera, una mujer perseguida por la fatalidad, el amour fou, la muerte y el cine, esa misteriosa pasión capaz de redimirlo todo o casi todo. Con Los abrazos rotos, Pedro Almodóvar (Calzada de Calatrava, 1951) vuelve al noir, un género en el que, según él, caben el thriller, el drama y el humor.

Los abrazos rotos es su película número 17 y una de las más complejas de su filmografía. "Un drama seco", dice el director. "Aquí, los personajes ya han llorado lo que tenían que llorar, pero fue antes de que empezara la película". Amor loco a tres y cuatro bandas. Y en el eje, Penélope Cruz en su primer estreno tras obtener, el 22 de febrero, el Oscar a la mejor actriz de reparto. Ella es Lena, de la que están locamente enamorados su marido, el magnate Ernesto Martel (José Luis Gómez), y el cineasta Mateo Blanco (Lluís Homar), alias Harry Cane. Entre ellos, un pasado reducido a un puzzle de pedazos rotos que se esconde en un cajón que sólo conoce Judith (Blanca Portillo).

En su despacho de El Deseo, el director da el visto bueno al cartel definitivo del filme (un guiño sutil a Warhol en el rostro dramático de la omnipresente Penélope Cruz), estrena un jersey de Hermès verde manzana y bebe un café americano. Por delante, casi dos horas de conversación en las que habla de sus migrañas (oscuro dolor donde nació esta nueva película), del futuro del cine, de la España del pelotazo, de su amiga y musa Blanca Sánchez (fallecida hace un año) y de la parálisis de la fama: "Suena extraño, pero ya no puedo pararme en la calle".

La película nace de unos dolores de cabeza terribles, algo de lo que no le gusta hablar demasiado.

Lo que no me gusta es quejarme. Mis dolores de cabeza vienen de lejos, pero la cosa empeoró en la gira de promoción de Volver, en 2006. Casi todos los días los padecía; los combatía con un cóctel de analgésicos que me traían de Argentina que se llama Migral. Según me enteré después, si abusas, y yo abusaba, tiene el efecto contrario: produce cronicidad.

¿Cómo se manifiestan esos dolores? Los dolores de tipo migrañoso se anuncian antes de irrumpir de manera irrefrenable; por eso hay que tomar el analgésico cuando empiezas a sentir, de modo casi imperceptible pero con claridad, que el dolor está llegando. A esta sensación premonitoria, cada paciente le da un nombre distinto; yo le llamo "rumor". Y es infalible; lo he comprobado en múltiples ocasiones en que he esperado para ver cómo se desarrollaba el dolor. A veces te invade en media hora, a veces tarda dos o tres. No tiene nada que ver con las jaquecas o cefaleas, es como comparar un boquerón con un tiburón. La migraña aparece en la parte posterior de la cabeza, en la base de los occipitales, y se extiende por los lados, a veces con una intensidad insoportable. Cuando es muy intensa, incluso cuando es de intensidad media, no soportas la luz, por lo que desaparece la posibilidad de ver la televisión, el ordenador, o simplemente leer. Y, por supuesto, escribir. Tampoco te permite charlar. Tu sensibilidad está absolutamente dominada por el dolor. No existe nada más.

El personaje del cineasta ciego, interpretado por Lluís Homar, nace de este dolor, de esa ceguera.

La migraña es una enfermedad misteriosa. Son tantas las causas que la provocan y dependen de tantas circunstancias que acertar es poco menos que casual. Poco a poco me fui acostumbrando a la idea de que mis problemas no tendrían una solución inmediata. En el silencio y en la oscuridad, sin darme cuenta, empecé a imaginar situaciones y personajes. Así apareció Mateo Blanco, en ese momento claramente mi álter ego, un director de cine que vive en la oscuridad. Ciego. Empecé a tomar notas a lápiz en la habitación. Es interesante descubrir que el dolor no anula la imaginación. Al final de 2007 noté una ligera mejoría. Sin darme cuenta, me encontré con que había terminado el guión de Los abrazos rotos.

La fotofobia derivada de las migrañas, ¿no fue un problema a la hora de rodar?

Soporté la fotofobia ante los mil kilovatios con los que el director de fotografía Rodrigo Prieto había decidido achicharrarnos. Me protegía con gafas negras y sombreros, con lo mal que me sientan, intentando todo el tiempo que no me llegara la luz. Mi vida ha estado siempre llena de paradojas, desde mi más tierna infancia. No me parecía extraño padecer fotofobia y a la vez trabajar con la luz. Porque el cine es luz. Ya se lo dijo Joseph von Sternberg a Marlene Dietrich antes de que ella se entregara a una dieta devastadora para ofrecerle el rostro más anguloso posible a su creador. Sternberg la convenció de que no se sacrificara, que esos ángulos que la harían inmortal los crearía él con la luz. ¡Y vamos si lo consiguió! Sólo interrumpí un día el rodaje por un dolor insoportable, y lo corté cuando quedaban dos horas para terminar la jornada. Lo cual me demuestra que de momento la mejor terapia para mí es rodar. Es lo que debería seguir haciendo. Octubre, noviembre y diciembre pasados, sin embargo, han sido meses muy malos. Ha sido una posproducción muy dura.

Uno de los personajes principales es un millonario, un magnate que se hace productor de cine para concederle a su mujer el capricho de ser actriz. Es un prototipo de la 'cultura del pelotazo'.

¡Hay tantos magnates que han pagado películas a sus queridas! Mi experiencia con hombres poderosos, esos ricos que se meten a hacer cine, ha sido nefasta. Pero no deja de parecerme conmovedor que desde Ciudadano Kane hasta hoy en día sigan existiendo esos hombres, diletantes, amantes del arte pero básicamente muy catetos, capaces de pagar el capricho de ser actriz a una mujer si con eso consiguen retenerla a su lado. Son hombres que se condenan a un doble fracaso: primero, porque la persona a la que aman no tiene talento, y segundo, porque esa persona se irá igualmente de su lado. En Los abrazos rotos, al personaje de Penélope no le basta con vivir en un palacio atada a cadenas de oro. En este caso, además de actriz, es buena, y tiene escrúpulos. De todas formas, aunque los personajes puedan estar inspirados en personas que yo he conocido, no se trata de cine terapéutico, ni de revancha, ni de ajuste de cuentas con nada ni con nadie. Ni siquiera una película tan anticlerical como La mala educación era antirreligiosa.

Esa España del pelotazo en la que transcurre parte de la trama de 'Los abrazos rotos' parece que está otra vez de actualidad.

Es que nunca se fue. Es increíble cómo se repiten estos tipos, y lo que más me sorprende es que no se hayan hecho más películas sobre ellos. En otros países, como Italia, ya habría varias. Aunque a mí lo que me interesa es la magnitud de los sentimientos de estos hombres.

Sentimientos que giran alrededor del personaje de Penélope Cruz, en un papel que probablemente es el más maduro de su carrera.

Es un papel que teóricamente no le va y por eso le ha costado mucho, pero a la vez es la ocasión en la que muestra más versatilidad, y yo no puedo estar más contento. De alguna manera quería forzarla a un registro nuevo, al de esa heroína del noir que tanto me gusta. Ella es joven para entender del todo a este tipo de mujer, una mujer de 38 años muy baqueteada, que por su belleza ha caído en muchas trampas. Una mujer que siempre quiso ser actriz pero no tuvo suerte, que trabaja de secretaria, y de prostituta de vez en cuando, pero que no le interesa medrar, que no es la arribista que quiere ligarse al jefe. Es un ángel caído, una mujer endurecida por su trayectoria. Y eso era complejo para Penélope, porque está muy lejos de ella que ahora mismo explota vitalidad y de las relaciones que ha podido tener. Penélope ha sufrido, claro, pero no ha estado en contacto con algo tan tremendo como el personaje. Pero yo estaba seguro de que podía hacerlo y ella confía enormemente en mí. Creo que, además, en este momento, después de demostrar lo gran comedianta que es en la película de Woody Allen, le viene muy bien este personaje.

Es un personaje muy triste.

Sí, y a mí me daba mucha pena, porque no podía hacer nada para salvarla. No sé, cuando escribes hay muchas cosas que no se pueden decidir. Y ésa era una de ellas. Penélope, además, se mueve perfectamente por las distintas etapas del personaje. Da perfecta como chica pop vestida de Pierre Cardin, y después con ese Chanel maravilloso de cadenas doradas, y con ese otro, de 1994, ¡tan de nueva rica!

El año 2008 ha sido muy malo para el cine español. En 2009 se prevén cifras mejores gracias a este estreno, el de Alejandro Amenábar, el de Isabel Coixet, Fernando Trueba...

Los primeros datos de 2009 están siendo muy distintos a los de 2008. Se ha medido la tendencia en enero y febrero, y la taquilla del cine está subiendo, así que las cifras mejorarán, y no es porque vayamos a estrenar Amenábar, Trueba, Sánchez Arévalo o yo. La crisis está afectando positivamente al cine. La gente deja de ir a cenar, pero quiere seguir saliendo a la calle, y el cine es un entretenimiento asequible, bueno para estos tiempos. Sobre la bajada de espectadores, creo que la piratería tiene muchísimo que ver. Sin duda. Vivimos en un cambio muy fuerte en todo lo relacionado con el consumo de imágenes y sólo hay una salida: estructurar ese consumo. Yo no creo que el cine en la sala esté muerto, como no creo que estén muertos los periódicos, algo que también se está diciendo ahora. Yo no me voy a una cafetería a leer el periódico con mi ordenador, y como yo, mucha gente. Hay muchas cosas paradójicas, como la de que veo mucho mejor las películas en mi televisión de plasma que en una sala de cine, y eso me da escalofríos, porque a mí lo que me gusta es ir al cine, sentarme con otras personas que no conozco. Las nuevas tecnologías dan una calidad extrema para ver el cine en casa, pero, a la vez, esas mismas tecnologías y la cantidad de posibles ventanas están maleducando el gusto de los jóvenes y han degradado el producto cinematográfico, de igual manera que lo han degradado en la música los iPods.

Esta película es una historia de amor loco a tres bandas, o incluso a cuatro, pero usted incluye una secuencia de 'Viaje a Italia (Te querré siempre)', de Rossellini, en la que Ingrid Bergman no puede estar más lejos de ese tipo de amor, una mujer que al contemplar a una pareja que ha muerto carbonizada y abrazada, piensa en el deterioro y la mezquindad de su propio matrimonio.

Hay dos emociones en esa escena que me interesan. Una es la de Ingrid Bergman al ver que su matrimonio no se parece en nada a esa pareja carbonizada por la lava del volcán; esa emoción coincide con Magdalena / Penélope al ver a una pareja a la que la muerte ha sorprendido durmiendo juntos y abrazados. Y luego está la de Lluís Homar, que quiere congelar en una foto ese abrazo suyo con Penélope y cuya voz también nos recuerda su deseo no cumplido de morir abrazado a ella. Frente a todo esto, lo que subyace en esta película es la mala suerte, una mala fortuna que contagia a todos los personajes, aunque recae especialmente en ella. Pese a todo, creo que es una de las películas que he hecho con final más feliz.

Y ahí entra el cine, con su capacidad redentora. El cine lo ordena todo y también lo cura todo. Quizá el gran amor de esta película es ése: el cine.

El cine es una pasión irracional, todo mi cine está impregnado de cine y el cine es para mí la realidad. Toda la película es un canto de amor a esta profesión, que es algo más que un trabajo: es una forma de vida. Pero eso no estaba cuando escribí el guión, eso surgió poco a poco. Las intenciones no siempre están desde el principio, van saliendo. Y sí, siento que es la primera vez que hago una declaración tan expresa de amor al cine; no con una secuencia en concreto, sino con toda una película. Huston rodó Los muertos en una silla de ruedas y enganchado a un catéter. Ésa no es una imagen patética, sino armónica, de gran belleza. Yo me veo exactamente así a su edad.

'Los abrazos rotos' es un drama con tintes negros. Un género que ya tocó en 'Carne trémula' y luego en 'La mala educación'. ¿Por qué esa fascinación por este género?

En mi madurez me he ido interesando por los géneros, y uno me ha llevado a otro. Por ejemplo, jamás vi un western de pequeño y sin embargo me ha ido interesando más y más hasta convertirse en uno de mis géneros favoritos. Y no hago uno porque no se me ocurre.

Tenía una idea -sobre dos vaqueros homosexuales-, pero luego se la pisaron.

[Risas]. Bueno, bueno, ésa es otra historia. El caso es que el drama y el melodrama siempre me han gustado, desde muy joven. Y al cine negro llego precisamente desde ahí. El cine negro es drama con un poquito más de oscuridad, con alguna pistola y algún muerto. Cuando el drama y el noir se pisan, conviven perfectamente y el drama se convierte en algo muy duro. El género negro se permite tener sentimientos. Yo siempre cito Que el cielo la juzgue, de John M. Stahl, como la unión perfecta del melodrama con el thriller, y la convivencia de esos dos géneros me parece terriblemente atractiva, como director y como espectador.

Pero habría que sumar un tercer género: la comedia. Porque en la película hay al menos dos escenas, la de la lectura de labios de Lola Dueñas y la final de Carmen Machi, que son pura comedia.

Es que el thriller admite mucha ironía; lo que admite menos es la carga sentimental. Pero Laura es una gran historia de amor, como lo es Retorno al pasado. No hay mayor historia de amor que la de ese hombre que interpreta Robert Mitchum. Me encanta ese thriller que no sólo no evita los sentimientos, sino que los hace aún más patentes y rotundos. Me encantaría, además, que hubiera canciones, que también las hay en el thriller, y que yo espero incluir algún día. Viendo los grandes noir de John Huston o de Howard Hawks, los diálogos son pura ironía, los de ellos y los de ellas. Para mí, El halcón maltés es alta comedia. ¡Con esa mujer, Mary Astor, que miente cada vez que abre la boca! Así que claro que el thriller admite el humor. Por eso, yo recurro a esa lectora de labios que interpreta Lola Dueñas y me permito el humor.

Se supone que debería ser uno de los momentos más dramáticos de la película.

La idea me vino de la boda de nuestros príncipes doña Leticia y don Felipe y de una idea que tuvo una canal de televisión, creo que Tele 5, de leerles los labios durante la ceremonia. Fue ese gran momento, cuando estaban en el punto álgido del sacramento, en el que ella le dijo a él: "Es todo tan hermoso". A partir de ese momento, yo me dije que la persona que había leído los labios se merecía un personaje en alguna de mis películas. Y así surgió la idea. Luego se ha utilizado mucho, en entrenamientos de fútbol o entre políticos, pero a mí me impresionó mucho aquella vez de la boda por lo tópico de la frase. Recuerdo que cuando ensayé, en este mismo despacho, la escena por primera vez, José Luis [Gómez] se cabreó mucho porque se estaba dando cuenta de que Lola le robaba la escena.

José Luis Gómez interpreta a ese magnate enamorado de Lena (Penélope Cruz) y es el padre de Ray X (Rubén Ochandiano). La película habla mucho de paternidades conflictivas, incluso el personaje que interpreta Lluís Homar relata el caso, recientemente conocido, de Arthur Miller y su hijo secreto Daniel.

La historia del hijo de Arthur Miller, como la del hijo de Heming-way, me sirve para hablar de esos padres enormes que aplastan a sus hijos. En la creación del personaje de Ray X hay ecos de la historia de Hemingway y su hijo Gregory, al que le gustaban de niño el contacto de la seda y el tafetán, y que después de beber más que el padre, cazar elefantes más grandes que los que él cazaba y tener más hijos de los que el escritor tuvo, acabó cambiándose de sexo cuando tenía casi 60 años, 15 después de que su padre muriera. La historia del hijo de Arthur Miller también me parece terrible, ese niño con síndrome de Down al que nunca quiso ver y que años más tarde se acerca a su padre, después de una conferencia, para presentarse. Es sobrecogedor.

En la película hay un homenaje explícito a casi todas las 'chicas Almodóvar': Chus Lampreave, Kiti Manver, Mariola Fuentes, Lola Dueñas, Blanca Portillo y, por supuesto, Penélope Cruz. Usted dice que la mayor parte de los papeles femeninos que ha escrito son una mezcla de su madre y sus vecinas de La Mancha, con Holly Golightly, la Giulietta Masina de 'La strada' y la Shirley MacLaine de 'El apartamento'.

Falta una, Blanca Sánchez, que ha fallecido recientemente y de la que, por pudor, he hablado poco. En realidad, mi gran fuente de inspiración han sido mi madre y sus vecinas, y Blanca. Ella representaba a todas esas mujeres modernas y urbanitas, echadas para adelante, sin prejuicios y enormemente vitales. Cinematográficamente añadiría a la Gena Rowlands de Opening nights y a Romy Schneider, a la que le hago un pequeño homenaje en la película. Pero Blanca era más del tipo Holly Golightly, sin ser prostituta, claro.

¿Y cómo era Blanca?

Enormemente sofisticada y moderna, y, a la vez, terriblemente ingenua para el amor. Ella representa a esas mujeres listísimas que se desenvuelven por igual en todos los ambientes, de los más altos a los más bajos. Recuerdo que Blanca se compró en Londres todos los modelos que lucía Cecilia en Laberinto de pasiones y rodamos Pepi, Luci, Bom... en su casa. Ella me inspiraba tantas cosas... Era una chica finísima, muy culta, de muy buena familia; sabía muchísimo de arte, y gracias a ella, la galería Vijande montó la exposición de Andy Warhol.

¿Ella inspiró a la Candela (María Barranco) de 'Mujeres...', ¿no?

Sí. Yo no pude poner la verdad, que los chiíes (algo que con el tiempo casi ha resultado más acertado) habían sido terroristas etarras. Pero sí, ella se enamoró de un hombre sin saber que era un terrorista y que la estaba utilizando. Él metió a otros etarras en su casa, porque Blanca era generosísima, y allí prepararon sin ella saberlo un asalto a la cárcel de Carabanchel para liberar a otros presos. Aquello le costó a Blanca, que era inocente, nueve meses de cárcel. Cuando salió, ya nunca fue la misma. Yo iba a visitarla y volvía hundido. Pero lo increíble era su ingenuidad para el amor. Cuando se destapó lo de los etarras, lo que ella no podía entender, y lo que la destrozó, era que aquel hombre no hubiese confiado en ella, le daba igual todo lo demás. Lo que le dolía era que su amante no había tenido la confianza suficiente como para decirle en la cama la verdad. Yo no daba crédito y le decía: "Pero Blanca, mujer, que era un etarra". Aquello cambió de manera radical su relación con los hombres y la cárcel la marcó. Recuerdo que antes de entregarse al juez me llamó por teléfono para que sacara de la casa, de mi vieja habitación, porque yo viví bastante tiempo con ella, las cajas y cajas de turrones y chocolates que los etarras habían comprado para llevarse por Navidad. Ella sólo me decía que no me preocupara por ella, pero que, por favor, sacara todo aquello de su casa. Lo absurdo, esas paradojas que me pasan en la vida, es que yo, que no sabía qué hacer con aquel arsenal de dulces navideños, se los di a mi cuñado, que era guardia civil y que se pasó las navidades papeándose los turrones y chocolates que habían comprado los etarras.

¿Por qué era una amistad tan fuerte?

Pues porque ella era más consciente de mí mismo que yo. Tenía una fe ciega en mí. En una entrevista, el guionista de Mujeres de-

sesperadas decía que si en la vida conoces a fondo a una mujer, a una sola mujer, puedes escribir sobre mujeres toda tu vida. Pues yo a Blanca la conocí al cien por cien, y por eso tantas, tantísimas veces, mi referencia ha sido ella. Su generosidad sin límites, su inteligencia, su capacidad para arriesgarse en la vida, su enorme discreción, ella nunca alardeó de nuestra amistad...

Alguna vez se ha quejado de cómo la fama ha modificado su relación con el mundo.

La fama me afecta en el sentido de que no me puedo quedar quieto en la calle. Si tengo una cita con alguien, no puedo esperar en ningún sitio. A mí no me importa hablar con la gente que se me acerca por la calle, pero no puedo con las fotografías de los móviles; ése es el peor invento que existe. Yo ya he renunciado hace tiempo a manifestarme tal y como soy en la calle o en el bar. No poder llorar si tienes un problema... Es sin duda una pérdida enorme. La única costumbre con la que no he roto es la de ir dos o tres veces por semana al cine. Pero apenas voy a bares, sobre todo por lo de las migrañas, no porque me falten ganas de salir, que no me faltan.

Por cierto, ¿ahora cómo va esa cabeza?

Un misterio. Los neurólogos no acaban de ver bien el origen, así que sólo me falta acudir a la santería y, desde luego, estoy dispuesto a hacerlo. Pero es que, además, junto a las migrañas, tengo ahora otra dolencia que es directamente de ciencia-ficción: tengo pitidos que son como niños gimiendo en mi pecho; se llama broncoespasmo. Y otra más que se llama acúfenos o tinnitus, y que es un pitido muy intenso que al parecer no existe y que genera tu cerebro. Yo, encima, lo tengo en el oído bueno y es como una chicharra agudísima que te impide escuchar al de al lado. No son dolencias orgánicas, ni psicosomáticas; son muy misteriosas y, desde luego, te pueden fastidiar directamente la vida. Aunque yo, al menos, espero sacarles partido y ponérselas algún día a otro personaje, a algún tipo realmente malvado, uno de esos cuyo organismo se rebela.

'Los abrazos rotos' se estrena en España el 18 de marzo.

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